Ateos con fe (Campaña de ateos en Buses)


¿Cuando llegará a Chile una campaña como esta?, seguro pronto, pero que importa si la fe es para el que la quiere vivir y experimentar, es simplemente una experiencia personal que se vive en comunidad..., pero esto es lo que sucede en lugares conocidos por la comunidad globalizada.

La campaña publicitaria de autobuses ateos, con el lema Dios probablemente no existe. No te preocupes y disfruta de la vida” a algunos les ha molestado mucho. A mí, más bien me alegra; en primer lugar, porque hace publicidad indirecta de Dios, y, ya se sabe, lo importante es que hablen de uno, aunque sea bien: desde un punto de vista creyente, más vale que la gente se enfrente con Dios a que pase de Él. En segundo lugar, porque es una campaña pagada con fondos privados; y, en un país (EEUU, Inglaterra, España) en el que parece que nadie está dispuesto a dar un peso, en el sentido más literal de la frase, por sus convicciones, es una buena noticia que alguien esté dispuesto a sacar plata de su bolsillo y financiar una idea.

Pero, sobre todo, me gusta que los ateos hayan descubierto la pólvora y se hayan convertido a la militancia y el proselitismo, algo que hasta ahora estaba vetado por los gurús del progresismo. En fin, me encanta que los ateos imiten a los creyentes, que algunos hayan cambiado de chip y admitan ahora que eso de propagar las propias ideas no es síntoma de fanatismo y que transmitir las propias convicciones no representa un ataque a la libertad de nadie y menos a la democracia.

Otra crítica que hasta ahora miraba a la religión por encima del hombro procedía de ver al creyente como un débil mental, necesitado del sentimiento de pertenencia a la comunidad para superar su inseguridad. Pues bien, se ve que algunos ateos han descubierto que también necesitan formar parte de alguna comunidad: que, también si eres ateo, compartir la propia increencia resulta reconfortante; incluso quizá una necesidad. De hecho el lema publicitario elegido en Estados Unidos por la Free Thought Action –la versión americana de la europea Asociación de Ateos y Librepensadores (algo, por cierto, tan improbable como un club de autistas)- reza así: “¿No crees en Dios? No estás solo”.

Lo único que me da pena  es el triste concepto de Dios –y de la alegría- que tienen en la cabeza los promotores de esta campaña, como si la creencia en Dios impidiera disfrutar de la vida. ¿Es que Dios nos impide gozar de la sonrisa de los niños, de la serena paz de un atardecer, de la inmensidad del firmamento y el tintineo de las estrellas, del sentimiento arrebatador del amor, del calor de la amistad o del hogar, del vértigo de la creación artística, de la inmensa satisfacción que proporciona un descubrimiento? ¿Acaso la creencia en Dios nos inhabilita para vivir con intensidad las millones de emociones que suscitan en nosotros tantas realidades menudas o grandiosas?

Lo siento también por los  que se crean el lema publicitario de la felicidad atea y se crean que es el rechazo de Dios lo que les va a poner en condiciones de disfrutar de la vida. La verdad es que para lanzar una campaña publicitaria de este tipo o para creerse su eslogan hay que tener mucha fe.

Modificado del texto de arvo.net...

¿Que es el amor?


Chuaaaaa eso si que es una gran pregunta, pero de algo que estoy seguro es que es la afinidad entre dos seres sin importar el origen, la raza, la edad, la religión...

Bendicionesssss...

Muy Bueno

«Ven conmigo, donde yo estoy en ti mismo, 
y te daré la llave de la existencia. Allá donde estoy, allá eternamente
está el secreto de tu origen...
(...). ¿Acaso no son tus manos las mías? 
Y tus pies, ¿no están clavados en la misma cruz? 
¡Yo he muerto, yo he resucitado de una vez para siempre! Nosotros estamos muy cerca el uno del otro 
(...). ¿Cómo es posible separarte de mí
sin que tú me rompas el corazón?».

«La Messe là-bas» de Claudel

El sol de media noche (en el circulo polar)

El sol de medianoche

Existe solo un lugar donde se puede estar a media noche
es un lugar donde todo es diferente
todo es real, una realidad que es poco creíble
pero así es, es un milagro
es el único lugar donde se produce el sol de medianoche

Vámonos juntos a ese lugar...

20 de Enero

La madrugada del 20 de enero saliendo de un tren jejeje...

Bendiciones.

Comentario Evangelio

Jn 1,35-42
Siguieron al Cordero de Dios

El Evangelio de este domingo nos relata la vocación de los primeros tres discípulos de Jesús, incluido el mismo Simón Pedro. Es evidente la insistencia del Evangelio en la intervención de Juan el Bautista. Él fue verdaderamente el Precursor de Cristo, el más semejante a Jesús de todos los personajes bíblicos. Juan es el único a quien se hace esta pregunta: «¿Eres tú el Cristo?» (Jn 1,20; cf. Lc 3,15); Juan es el único de quien es necesario aclarar: «No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz» (Jn 1,8). Su testimonio debió ser impresionante, pues el Evangelio agrega: «Para que todos creyeran por él» (Jn 1,7). 

Todos nosotros creemos por el testimonio de los apóstoles que nos transmitieron los dichos y hechos de Jesús, como lo declara el IV Evangelio: «Estas (señales que hizo Jesús) han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre» (Jn 20,31). Pero, a su vez, los apóstoles creyeron por el testimonio de Juan, de manera que también es verdad que «todos hemos creído por él».

¿Cómo fue ese testimonio? El día anterior al episodio que leemos este domingo, indicando a Jesús, «Juan dio testimonio diciendo: “He visto el Espíritu que bajaba como una paloma y se quedaba sobre él... doy testimonio de que este es el Elegido de Dios”» (Jn 1,32.34). Pero este testimonio no había motivado el seguimiento de Jesús por parte de los primeros discípulos. ¿Quién puede pretender seguir al «Elegido de Dios (otros manuscritos dicen “Hijo de Dios”)»? 

El Evangelio de hoy continúa: «Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: “He ahí el Cordero de Dios”». Este testimonio sí que motivó el seguimiento de los primeros discípulos de Jesús: «Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús». El nombre «Cordero de Dios» destaca la condición humana de Jesús, la única que lo hace susceptible de ser ofrecido en sacrificio para «quitar el pecado del mundo». En esta condición él llama a ser seguido por sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí  mismo, tome su cruz y sígame» (Mc 8,34). La cruz es el lugar donde el Cordero de Dios fue ofrecido en sacrificio. Tal vez nunca expresó San Pablo más claramente su condición de discípulo de Cristo que cuando escribió: «Estoy crucificado con Cristo» (Gal 2,19).

El Evangelio repite la relación entre esta declaración de Juan y el seguimiento de Jesús: «Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús». Si éstos, oyendo a Juan, siguieron a Jesús, en adelante, el seguimiento será oyendolos a ellos: «Andrés se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: “Hemos encontrado al Mesías” - que quiere decir, Cristo. Y lo llevó a Jesús».

Así entendemos mejor el significado de las palabras que pronuncia el sacerdote en la Eucaristía mientras muestra el Cuerpo y la Sangre de Cristo ofrecidos en sacrificio sobre el altar: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Es un llamado a seguirlo. Oyendo estas palabras todos debemos seguir a Jesús ofreciendonos al Padre en sacrificio junto con él. A esto se refiere San Pablo cuando escribe a los cristianos de Roma: «Los exhorto, hermanos, por la misericordia  de Dios, a que ofrezcan sus cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será su culto espiritual» (Rom 12,1). Este llamado es diametralmente opuesto al del ambiente de la «farándula» con que nos martillea el mundo de hoy. El destino es también diametralmente opuesto, pues –afirma Jesús- «quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará» (Mc 8,35).

Comentario

Domingo 11 enero 2009

Mc 1,7-11
Tú eres mi Hijo

La Iglesia reconoce tres manifestaciones públicas de la gloria de Cristo, tres «epifanías». Dos de ellas son en bene-ficio del pueblo de Israel y son las que permiten a sus após-toles afirmar: «Hemos contemplado su gloria, gloria que reci-be del Padre como Hijo único» (Jn 1,14). La primera de estas epifanías ocurre cuando Jesús fue bautizado por Juan en el Jordán. La segunda ocurre en las bodas de Caná cuando convir-tió el agua en vino: «Manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos» (Jn 2,11). La tercera ya no es en beneficio de Israel, sino de unos magos venidos de tierras muy lejanas de Oriente quienes guiados por una estrella llegan a Jerusa-lén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha na-cido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarlo» (Mt 2,2). Esta última manifestación es la que se apropia el nombre de «epifanía» y se celebra como solemnidad el 6 de enero (en nuestro país se traslada al domingo).

Este domingo celebramos la fiesta del Bautismo de Jesús, es decir, de la primera de esas epifanías. El Evangelio de Marcos se abre con la presentación de Juan: «Apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conver-sión para perdón de los pecados» (Mc 1,4). Se prepara un hecho público de gran magnitud, pues el Evangelio sigue di-ciendo: «Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán» (Mc 1,5). Juan ya era un gran personaje que atraía a esa mul-titud. Pero, si él se pone como punto de comparación con el que se espera el resultado es este: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y yo no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias». En comparación con el que viene Juan es menos que un esclavo, al cual corresponde el humilde oficio de desatar las sandalias de su señor. Para expresar la magnitud de esa diferencia agrega: «Yo los he bautizado con agua, pero él los bautizará con Espíritu Santo». Entre el agua y el Espíritu Santo la distancia es infinita.

En este escenario se va a presentar Jesús: «Por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán». Obviamente, Juan todavía no conoce quién es Jesús, pues si no es digno de desatar sus sandalias, mucho menos lo es de bautizarlo. ¡Y lo bautizó! Pero entonces ocu-rrió la epifanía: «En cuanto salió del agua vio que los cie-los se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”». Según este Evangelio la vi-sión del cielo abierto y del Espíritu en forma de paloma la tiene solamente Jesús; pero la voz del cielo la oyeron todos. Esa voz manifiesta a Jesús, expresando su relación con Dios: ¡Es su Hijo amado y complace plenamente a su Padre! Contrasta con todos los hombres que, con el pecado, hemos disgustado a Dios. Este Hijo de Dios, que es hombre verdadero, consigue que Dios nos devuelva su complacencia, que Dios adopte a los hombres como hijos.

Este efecto lo obtiene «bautizando con el Espíritu San-to», como afirma San Pablo: «Ustedes recibieron un Espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: “¡Abbá, Padre!”» (Rom 8,15). Este Espíritu lo puede enviar sólo Jesús de junto a su Padre. Es el fruto de su muerte y resurrección: «Les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a us-tedes el (Espíritu) Paráclito; pero si me voy, yo se lo en-viaré» (Jn 16,7). Entonces Dios nos dice: «Tú eres mi hijo».

Iglesia.cl

Año nuevo

Así es, terminó el 2008, con él se fueron tantas cosas, momentos alegres y momentos tristes, triunfos y derrotas, en el año que terminó se fue mi abuelito a la presencia del Señor, esa experiencia fue nueva en mi vida, lo bueno de todo ello fue que la fe en Jesús y la resurrección esta presente en toda mi familia “tus ojos color del bosque se durmieron…”

El año además fue complejo en lo académico, pero gracias a Dios terminó el año con un segundo semestre en el cual pasé todo, eso si no con muy buenas notas, pero es lo que hay nomás.

Por ultimo en el año que se termina conocí a muchas personas importantes para mi vida, especialmente en la pastoral.

En cuanto al año que comienza, espero confiado en el Señor que será un año bellísimo junto a las personas que mas quiero. Un año en nueva pieza en Tco, un año con nuevos desafíos, un año lleno de sorpresas, las cuales se mi irán mostrando en cada instante, que misterio más grande el de vivir, si a cada instante podemos sorprendernos con todo lo que nos rodea, que más grande que vivir y hacer vivir a otros.

Ya eso por ahora, tengo varias cosas escritas en mi pc, pero no tengo Internet en mi casa, así que más adelante las escribiré.

Bendiciones para todos.

PD: Nos vemos en Marzo…